El sistema linfático es fundamental para el mantenimiento de la salud y el buen funcionamiento del organismo por varias razones:
- Defensa inmunológica: El sistema linfático es una parte crucial del sistema inmunológico. Los ganglios linfáticos, el bazo, las amígdalas y otras estructuras linfáticas producen y almacenan células inmunitarias (linfocitos) que ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Cuando los agentes patógenos invaden el cuerpo, los linfocitos y otros glóbulos blancos son transportados a través de los vasos linfáticos hacia las áreas afectadas para combatir las infecciones.
- Drenaje de líquidos: El sistema linfático ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos en el cuerpo. Recoge el exceso de líquido intersticial (líquido que rodea las células) y lo devuelve al torrente sanguíneo. Sin esta función, se acumularían líquidos en los tejidos, lo que provocaría hinchazón (edema).
- Absorción de grasas: El sistema linfático también es esencial para la absorción y transporte de grasas y vitaminas liposolubles (A, D, E y K) desde el tracto digestivo hasta la sangre. Las grasas digeridas se transforman en quilomicrones en el intestino y son absorbidas por los vasos linfáticos denominados lacteales en las vellosidades intestinales.
- Transporte de células tumorales: Aunque este es un aspecto negativo, el sistema linfático también puede transportar células cancerosas de un tumor a otras partes del cuerpo, facilitando la metástasis. Esta característica hace que el sistema linfático sea crucial para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, ya que los ganglios linfáticos son a menudo evaluados para determinar la propagación del cáncer.
- Eliminación de desechos y toxinas: El sistema linfático recoge y transporta productos de desecho, toxinas y otros materiales no deseados de los tejidos y los lleva a los ganglios linfáticos para su eliminación o neutralización. Esto ayuda a mantener un ambiente interno limpio y saludable.
En resumen, el sistema linfático es vital para la defensa contra enfermedades, el mantenimiento del equilibrio de líquidos, la absorción de nutrientes esenciales y la eliminación de desechos del cuerpo. Sin un sistema linfático funcional, el cuerpo sería vulnerable a infecciones, edema y acumulación de toxinas.